Dicen que el dinero mueve el mundo, pero hay cosas más básicas que influyen sin darnos cuenta y quizás no lleguen a moverlo igual, pero a veces dan un buen empujón, como las pasiones y las modas.
En ocasiones éstas son tan básicas como un color; una simple percepción de la realidad que a veces llega a ser identidad, personalidad, estatus.
Se habla incluso, en este sentido, de que no todos percibimos los colores de la misma manera, y que por ello hay preferencias o podemos diferir tanto en colores o combinaciones favoritas. De hecho, pocas frases hay tan atemporales como la tan popular “para gustos, colores”, así como sus numerosas variantes.
Los gadgets no escapan a esto, es más, lo promueven. A veces incluso este factor determina o prolonga la decisión de adquirir uno u otro. En este sentido, flaco favor nos hace Samsung con sus últimos flagships, el Samsung Galaxy S6 y el S6 Edge, smartphones con acabados metalizados al más puro estilo charol cuyo color juega con nuestras retinas a su capricho. ¿Te apetece jugar a las adivinanzas? Sigue leyendo, te divertirás.
¿De qué color es el terminal que ves sobre estas líneas? Aunque tras cierto viral hacer esta pregunta es arriesgarse a iniciar numerosos debates interminables con las distintas percepciones, lo previsible es que digas negro. Yo también lo diría, si no me hubiese pasado unos buenos ratos observando los nuevos Samsung y volviéndome algo loca especialmente cuando entre ellos y yo había una cámara. Quizás los más observadores (o quienes sepan de qué va esto) se habrán percatado del reflejo de la luz de tinte verde, pista definitiva que desvela que se trata del nuevo color de Samsung para el S6 Edge. El nuevo tono, que lejos de pasar desapercibido se empieza a perfilar como uno de los favoritos (acompañado por el estéticamente fino diseño de la famosa curvatura), no es el único que juega a Víctor o Victoria según la iluminación. ¿Seguimos jugando a las adivinanzas? A ver qué decís de estos dos:
No sería descabellado pensar en rosa cuando se habla de los coreanos, pero en este caso se trata de un dorado. Y lo mismo ocurre con el terminal de la derecha, cuyo negro no es otra cosa que un verde de luto.
Pero, ¿tan importante es el color? Bueno, como hemos dicho, esto ya depende de cada usuario y sus prioridades, pero lo que para nosotros ha sido un juego y un arqueo de cejas continuo, en la práctica representa una característica que dista mucho de lo que se muestra en los vídeos promocionales (como el mismo Unpacked) y carteles de un artículo que, pese a su precio, se adquiere en gran medida por compra on-line.
Queda atrás, con el S5 o el Note 4, el policarbonato que imitaba pieles y superficies porosas pero que, aún con cierto reflejo metalizado, se dejaba de triquiñuelas con nuestras retinas. Los nuevos smartphones son esbeltos modelos con diseños exclusivos de cristal y metal, pero bailan con la luz a su antojo atrayendo, además de miradas, un sinfín de huellas dactilares.
El adiós al plástico, a un 40% de líneas de código sobrante y a una certificación de resistencia a polvo y agua que mortificaba a los terminales con bordes antiestéticos, y un hola a nuevos acabados y nuevas formas. Sobre el papel, el S6 y S6 Edge representan un punto de inflexión para Samsung. Sobre el papel, el verde y el azul eran verde y azul y no eran negro. ¿De qué color será el futuro de los nuevos flagships de Samsung?
