Este móvil es la oveja negra del MWC 2015

En el MWC, donde todo va a un ritmo frenético, hay lugar para alabar y destruir, para príncipes y ovejas negras. ¿Quién ha sido quién este año?

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El Mobile World Congress (MWC en adelante) es la reválida de algunos fabricantes: en apenas una semana, quienes se han presentado han de someter el fruto de su estudio y trabajo al juicio de miles de manos, ojos y cerebros geek tan ansiosos como exigentes. Unos profesores que no van a dejar pasar ni un detalle en su revisión y van a puntuar el producto tanto por las primeras impresiones como por lo que se va a poder esperar de él según éstas. Y, lejos de guardarse sus valoraciones y anotaciones, las van a publicar haciendo el mayor ruido posible. Una oposición para conseguir plaza en las wishlists de un gran número de ansiosos geeks que podrían representar el famoso meme de Fry de Futurama dinero en mano, y eso es un blanco muy valioso.

Sin embargo, la nota no va en función sólo de lo que presentan en los stands. Hay una parte previa que pesa mucho y que el analista lleva en su mochila: los antecedentes y las expectativas. Cuando los profesores llevan el pase de prensa del MWC, la nota en el examen dependerá en gran parte de en qué medida supere lo primero y cumpla lo segundo, y esto últimamente está trayendo bastantes suspensos (de dudosa justicia) en Android. El último en recibir el “no apto” ha sido el HTC One M9: ¿cómo puede suspender un terminal cuando aún no ha salido a la calle? Pongámonos las gafas de profesor y sometamos a nuestro examen al M9.

HTC One M9

Nada nuevo bajo el sol: la polaridad del conservadurismo

El M9 es algo más que déjà vu del M8, y éste ya se daba algo más que un aire al primigenio HTC One (M7). Un diseño que bautizó a quienes serían ya los eternos amantes de HTC, cuyo número, pese a no ser mayoritario, parece suficiente para que los taiwaneses hayan mantenido los patrones sin apenas cambios durante generaciones. Esta vez han retomado viejas costumbres y su acorazada trasera sólo monta una lente (algo que agradecemos una mayoría, me temo), cuadrada esta vez, manteniendo bandas, marcos en pantalla y altavoces en el frontal.

HTC One M9

La defensa o crítica de este aspecto va en función del balance entre “Si lo que hay es bueno, ¿para qué cambiarlo?” y “Los errores que se repiten” (permitidme aquí el saludo a @Ansamor). En este caso habrá aspectos más o menos subjetivos; si bien la mayoría deseamos un mayor aprovechamiento de la pantalla y los marcos captan nuestra atención sobre todo cuando hay productos tan excelentes en este sentido como el LG G3, puede que no sea un aspecto que el cliente final, el amante eterno de HTC o no, ponga por encima de la pantalla, la cual no se sube al carro de las K ni al de sobrepasar las 5” y se defiende a nivel de brillo, contraste, colores y ángulos de visión (en interiores, por precedentes debería hacerlo en exteriores también).

La crítica se relativiza también en lo que respecta al material de la cubierta y la posición de los altavoces: cuando otros terminales presentan diseños y materiales de calidad sin recurrir al metal, como los Motorola o LG, HTC mantiene la arriesgada solemnidad del aluminio anodizado obligando al dueño a tener ese cierto cuidado extra por el precio de sostener una pieza de diseño delicioso como ocurre con los iPhone desde el 5. Los altavoces, una firma de esta línea de terminales, dan a elegir al usuario entre decibelios y superficie de panel, el que sea fallo o ventaja estará en función de la prioridad de cada uno.

Los cambios: un susurro al oído de pocos

HTC One M9

Los miembros de la Asociación de Dedos Enanos hemos conseguido que se nos escuche y el botón de Power por fin ha bajado al borde lateral (aunque el doble-tap para desbloquear pre-existente ya salvaba algo la situación). Es más, el botón, inmediatamente inferior a los de volumen, presenta una superficie rugoso que lo diferencia de éstos al tacto. Pero.

HTC One M9

Sense, la capa de personalización de HTC, siempre se ha caracterizado por no representar una sobrecarga a nivel de software y es posible que haya estado tradicionalmente entre las mejor valoradas, tanto por diseño, como por prestaciones como por nivel de crapware. Sense 7.0 UI viene con un mayor nivel de personalización, ajustes automáticos según ubicación, la posibilidad de colocar un cuarto botón en el panel frontal y el sencillo diseño al que nos tiene acostumbrados y que, a mi entender, sí se adapta a las líneas de Material Design. Pero.

HTC One M9

HTC se ha sacudido los hombros con la cámara trasera pero la caspa ha ido a caer a la cámara frontal. Aún así, el abandono parcial de los ultrapíxeles representa una novedad importante con respecto a la hoja de ruta, admitiendo a medias lo inútil de la mencionada tecnología y apostando por los megapíxeles (dejando los ultra para la frontal, una decisión con más aroma a orgullo que a lógica). Aquí ya ha habido azotes porque al parecer el sensor y el procesado dejan que desear, aunque por lo reciente del lanzamiento y las pruebas quizás sea mejor esperar para ir asentando una opinión. Un cambio de rumbo en la lente, que no sobresale de la superficie. Pero.

Pero no son un factor boom. No son un Edge. No son un Flex. Tampoco son un Ultrapixel, ojo.

La oveja negra del MWC’15

HTC se sabe las preguntas por viejo pero no se luce por terco, o al menos esa sensación nos da a quienes nos ponemos las gafapasta de listillos repelentes y nos ponemos a corregir con el rotulador rojo imaginario el examen de cada flagship. El M9 no merece un sobresaliente, y menos tras conocer el disparado precio, pero su sí merecido notable peligra por las expectativas, tanto previas (por corregir errores anteriores) como posteriores (prediciendo el rendimiento del terminal en la práctica), y por los antecedentes, algo que ha pasado aunque con otra variante al LG G3. Sin olvidar el azote por rebote del favorito: el efecto colateral de que otro haya sido el popular, el quarterback del MWC, con su equipamiento charol y sus deberes hechos, ha ensombrecido más aún el dark gunmetal grey de este terminal.

HTC One M9

Un lag que aparecía a días, momentos y personas alternas (algo común en esta feria) y una cámara que parece no cumplir han puesto el grillete al HTC One M9, como si nunca fuese a liberarse del cable que mientras escribo aún sujeta al terminal en el iluminado stand de la marca, y algunos, aprovechando la cercanía del Mediterráneo, parecen haber lanzado la llave al fondo del mar. Yo al menos voy a guardar la llave durante unos meses.

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