Hace algunos años la fotografía parecía cosa de unos pocos, los que se denominaban fotógrafos por profesión o por afición, pero las cámaras compactas al principio y ahora los smartphones han hecho que el conocimiento de este campo, y sobre todo el interés, haya crecido hasta un punto en el que casi todos los usuarios se preocupan ya por las características fotográficas de su dispositivo y es ahí donde surgen algunas preguntas como qué cámara es mejor para uno u otro uso, o incluso comparándolas ante la posibilidad de comprar uno u otro móvil.
En este punto es donde entran en juego los famosos megapíxeles, esos datos que acompañan a cada cámara y que nada tienen que ver con la calidad de la fotografía tomada sino con su tamaño, tanto en espacio en disco como en espacio físico cuando la imprimimos, como explicaremos a continuación.
El megapíxel es un dato que observamos constantemente en las descripciones de las cámaras fotográficas digitales, que no es una excepción en las cámaras de los teléfonos móviles, y cuyo significado puede que no comprendamos del todo.
Comencemos describiendo un píxel, que es la unidad menor de medida en fotografía digital. Un píxel no es más que un punto de color en una fotografía. Cada imagen está compuesta de millones de puntos de color que son indistinguibles al observar la fotografía en conjunto y que conforman la misma.
Una vez entendido este concepto comprenderemos de forma más sencilla el megapíxel, que es una unidad de medida que engloba a un millón de píxels. Un megapíxel, para que nos entendamos en conceptos matemáticos, sería una fotografía de 1000 píxels de ancho por 1000 píxels de alto aunque en la realidad, debido a las proporciones rectangulares de las imágenes, la resolución sería aproximadamente de de 1280 x 848. Dicha resolución, trasladada a papel a su vez, nos daría como resultado una imagen de unos 10,8 centímetros x 7,2 centímetros aproximadamente, eso sí, a una resolución profesional de 300 píxels por pulgada de impresión (por cada 2,54 centímetros de papel, una pulgada, se imprimirían 300 puntos o píxels).
A continuación os muestro una tabla con las resoluciones más comunes que encontraréis en las descripciones de las cámaras de un smartphone.
Como podréis comprobar, la relación resolución/tamaño no es aritmética. Una imagen de 2 megapíxeles no tiene el doble de ancho y alto que una de 1. Sí tiene, por el contrario, el doble de superficie. Es un factor a tener en cuenta para no llevarnos sorpresas.
Conviene también tener en cuenta que la resolución de una cámara no determina la calidad de las fotografías que tomemos con ellas, tan sólo el tamaño del archivo resultante. En la calidad de las imágenes influyen muchos más factores aparte de la resolución como el sensor que capta la fotografía, la lente de la cámara, etc. Recordad, los megapíxeles sólo afectan al tamaño de la fotografía.
Los ultrapíxeles y las nuevas tecnologías
Tal vez hayamos oído en los últimos meses algunos términos como el creado por HTC durante el desarrollo de su HTC One, el dispositivo Android que fue considerado por muchos el mejor construido del pasado 2013. El ultrapíxeles no es una nueva forma de medición fotográfica sino un concepto de marketing, una forma de llamar al sensor que HTC ha utilizado para su nuevo móvil y que, por sus características, capta hasta un 300% más de luz que los sensores de la competencia.
El efecto ha sido conseguido escogiendo un sensor de un tercio de pulgada BSI con píxeles de 2 micrómetros, en contraposición a los 1,1 micrómetros de los sensores estándar del mercado. Aumentando el tamaño a 2 micrómetros se consigue más luz para cada píxel capturado pero por contra se reduce el número de píxeles que es posible capturar dado que el sensor es prácticamente del mismo tamaño. Es por ello que la cámara de ultrapíxeles de HTC sólo es capaz de captar fotografías con un tamaño de cuatro megapíxeles mientras que la competencia ya supera ámpliamente los 10 megapíxeles.
Obviamente, las fotografías destinadas a redes sociales no precisan de un tamaño excesivo pero en HTC trabajan para desarrollar un sensor que sin perder esta capacidad lumínica sea capaz de capturar imágenes mayores y así no perder el tren en la escalada fotográfica que sufren los smartphones en la actualidad.
El HDR o amplio rango dinámico, los flashes de Xenon y los estabilizadores ópticos de imagen u OIS son cada vez más comunes en cámaras de smartphones potentes y empiezan a llegar también a otras gamas. La tecnología móvil mejora las cámaras tanto en potencia como en calidad, algo que los aficionados a la fotografía agradecemos profundamente.
