Apps para móviles: exclusivas o multiplataforma

Podríamos clasificas las apps para móviles en exclusivas o multiplataforma. ¿Compensa optar sólo por alguna de estas opciones?

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Qué dulce caramelito es la exclusividad cuando es sinónimo de privilegio y de calidad. La clase business, la zona VIP, estar en la lista, etc., todo eso suena excelente. En el mundo de los smartphones también pasa: esa app, servicio o tecnología que sólo tiene tu móvil y que te proporciona esa satisfacción única, y que no tendrías de otra manera que no fuese sosteniendo ese terminal o alguno de su familia. A veces, de hecho, es lo que hace inclinar la balanza hacia un lado u otro cuando es el momento de comprar o renovar teléfono y la decisión está reñida entre rivales.

La cara B es cuando, acostumbrada a las delicatessen, un día vas a coger el bombón y zas, manotazo. Te has pasado de bando, y si te pasas te lo pierdes y ahora no te corresponde este dulce. Este chasco te lo puedes llevar en mayor o menor ocasión según qué uso hagas de estas exclusividades y en qué frecuencia cambies de bando. Al final la duda es recurrente: ¿qué compensa cuando esto es algo relativamente habitual? ¿Apps para móviles exclusivas o multiplataforma?

Apps exclusivas vs multiplataforma

Los titanes y los dogmas de fe 2.0

Hay apps y servicios que se asocian directamente a una plataforma sistemáticamente siguiendo una lógica «Si p→q», y el ejemplo por antonomasia lo tenemos con Tweetbot e iOS. Hacer las cosas muy bien y pronto a veces tiene un premio perpetuo como establecerse como el cliente de Twitter de cabecera para los no conformistas y estar en boca de éstos cuando se le pregunta por una de estas apps. Sin entrar lo merecido del premio (o lo pertinente de su revisión, de esto hablamos en el Bemoob 25), éste parece un tándem obligatorio si eres usuario de la red, no en vano la competencia tardó en presentar opciones que al menos le tosieran en cuanto a funciones y experiencia de usuario, y aún haciendo mucho más que carraspear parece que la app de Paul Haddad sigue mirando desde lo alto del pódium por esos detalles (la búsqueda, posibilidades de la multicuenta, etc.) que sólo ésta tiene pese a su precio y a lo al parecer reprochable de su trato al cliente.

Si alzamos la vista a los otros imperios no hay un estandarte que se alce con tanta notoriedad, pero también tenemos titanes que se reparten los adeptos. Matteo Villa irrumpió en la Play Store hace unos meses con Fenix merendándose a Carbon y a lo existente, y de hecho se alzó con el ansiado título de “el Tweetbot de Android” ya casi desde sus versiones beta, aunque con la bajada del hype se fue desvaneciendo esta denominación, y más aún cuando Joaquim Vergés dio un golpe de Material Design con su renovado Falcon Pro 3. Como Tweetbot, ambas exclusivas de la plataforma y de pago (en el caso de Falcon Pro 3 además 1,68€ por cuenta adicional). (Siempre) Algo más silenciosa es la situación en Windows Phone, donde apps como Tweet it! o la extinta Meedoh se hacen fácilmente deseables dada la estanqueidad del cliente oficial.

Ahora entras tú, tránsfuga declarado, zorrón geek con pedigree, y tu móvil nuevecito y con ese jugoso espacio disponible clamando ser invadido por compras de la Store de turno: ¿pasarás por la pila bautismal de alguno de estos desarrolladores o te irás a la opción multiplataforma? ¿Qué es más cómodo, la hegemonía eterna y gratuita o la satisfacción de tus exigencias por un módico precio?

Tu tap, tu responsabilidad

En la vida hay individualidades y colectividades, pero aunque requieran enfoques distintos no son excluyentes, más bien al contrario. Los veterinarios de ganado hemos de entender la medicina a nivel colectivo pero al final tratamos a los animales uno a uno, y no podemos ignorar a una gallina enferma porque puede que al día siguiente nos encontremos la nave entera para cuarentena. Más allá de la deformación profesional de la metáfora, todos hemos sido alguna vez esa gallina quejicosa: Twitter es un excelente lugar para cacarear (y con fuerza) lo poco que te gusta una app o lo mal que te funciona, bien por búsqueda de ayuda o bien por desahogo, pero a veces por mucho que te empeñes estás tú solo. Bueno, tú y tu eco. ¿De qué sirve nuestra queja al aire entonces?

Apps exclusivas vs multiplataforma

Bueno, más allá de lo a gusto que nos quedemos por expresar nuestro descontento, y asumiendo que si existe un problema recurrimos al pertinente soporte, tenemos nuestro pequeño pedacito de poder en el dedo. No, no somos E.T., pero con nuestro tap tenemos la opción de descargar una opción u otra, y aunque en la inmediata práctica no lleguemos ni a representar ni la millonésima parte del total, es nuestro tap. El alcance podrá variar, sin llegar a milagros, del ruido que nuestro cacareo haga, pero es un error pensar eso de “Por una descarga no pasa nada”, porque es una tras de otra. Aquí puede que el kilo de plomo pese más que el de paja y que el número de descargas acumuladas pese más que las “no descargas”, pero eso no quita nuestro granito de consumo responsable y que decidamos sumar o no la nuestra al desarrollador (o equipo de) que se ha preocupado de que puedas usar su app o servicio en cualquier plataforma si es que priorizamos este aspecto.

Al final, los peros

El hastío de lo exclusivo suele ser puntual, tras el cambio y según el peso del servicio o su necesidad, pero cuando esto se sucede en el tiempo al final la multiplataforma te acaba seduciendo pese a ser pocas veces la opción más completa (sinceramente, no os sabría decir una app multiplataforma que se comporte de igual manera entre los distintos sistemas operativos). La disponibilidad 24/7 tengas el software que tengas prima más que otros aspectos cuando se trata por ejemplo de herramientas de trabajo porque la urgencia prevalece a la comodidad y a las manías.

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Quizás no lo tengamos tan claro cuando se trata de entretenimiento, puede que en este caso antepongamos la comodidad exclusiva y premiemos las opciones VIP de la app de turno que nos satisfacen a mayor nivel que sus homólogos multiplataforma.

Al final, en cada switch, en cada cambio, viene la duda y el replantear nuestro sistema de trabajo y nuestro uso, pero al menos personalmente cada vez tengo menos ataduras y doy más valor a mi tap: ya no lo regalo y cada descarga es el resultado de una decisión basada en el equilibrio de lo que me aporta y lo merecido que considero que lo tiene su desarrollador, y el que sea multiplataforma, aunque puede que no sea el criterio determinante, ha ido escalando en la lista de exigencias a una app en detrimento de otras que han pasado a no pesar tanto. ¿Y tú, a quiénes premias con tu tap?

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